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Preparación para el Uso: Antes de colocar la rodillera, asegúrate de que tu piel esté limpia y seca. Esto ayuda a evitar irritaciones y asegura un mejor ajuste.
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Colocación de la Rodillera: Desliza la rodillera sobre el pie y sube por la pierna hasta que el centro de la rodillera se alinee con la rótula. Asegúrate de que esté centrada y cómoda.
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Ajuste de las Correas: La rodillera cuenta con correas elásticas de doble ajuste. Una vez que la rodillera esté en su lugar, ajusta estas correas para obtener un ajuste personalizado. No deben estar ni demasiado apretadas ni demasiado flojas. Un ajuste correcto es crucial para que la rodillera funcione adecuadamente.
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Verificación del Ajuste: Mueve la rodilla en diferentes direcciones para asegurarte de que la rodillera se mantenga en su lugar y no cause incomodidad. Debe permitir un rango de movimiento completo sin deslizarse ni enrollarse.
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Durante la Actividad: Utiliza la rodillera durante actividades deportivas o de recuperación como correr, ciclismo, levantamiento de pesas, etc. Es importante recordar que la rodillera está diseñada para apoyar, no para restringir tus movimientos.
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Después del Uso: Una vez finalizada la actividad, retira la rodillera deslizándola hacia abajo por la pierna. Si ha sido utilizada durante un período prolongado o en actividades intensas, es recomendable darle un tiempo de descanso a tu rodilla.
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Cuidado y Mantenimiento: Lava la rodillera regularmente siguiendo las instrucciones del fabricante, generalmente a mano con agua fría y un detergente suave. Deja que se seque al aire libre y evita la exposición directa al sol.